Dicen que en Dominicana el 80% de la riqueza la tienen 100 familias. Especialmente 10. Son los propietarios de las empresas de producción, los grandes almacenes, los medios de comunicación y la agricultura del país. Sin olvidarnos de algunas empresas españolas (Meliás and company…) propietarias de la mayoría de hoteles-resort!
Las migajas de esa riqueza se reparte entre el 90% restante de población. Que en muchos casos debe subsistir con el equivalente a un par de euros al día. Arroz, arroz y arroz... Aquí se cobra dos veces al mes: los días 15 y los 30. Los bancos esos días están repletos de gente que, si tienen suerte de tener una cuenta corriente (y trabajar), van a sacar lo poco que les ingresaron. Son afortunados!!! Hay muchas personas que no tienen ni cédula de identificación (el DNI local...). Y sin cédula no te abren cuenta en el banco!!!
Pero lo que a mí siempre me llamó la atención son las colas que hay tanto en bancos, como en cajeros. Y la explicación es muy, muy interesante: la mayoría de gente aquí vive empeñada. Como los bancos no prestan a las personas sin poder adquisitivo (la gran mayoría!), lo que hacen es endeudarse con algún prestamista, para poder comprar una cama, una nevera o una cocinilla de gas… Ya os conté una vez que en algunas comunidades, estos prestamistas cobran intereses de hasta un 20% semanal!!!! Aunque lo normal es el 10-20% mensual…
En todo caso, qué método utilizan los prestamistas para recuperar su dinero? (Además de sus pistolas…) Se quedan con la tarjeta del banco de los endeudados! Y van sacando mes a mes la cantidad convenida… Esto genera, entre otras, dos interesantes consecuencias: Que las personas que perdieron su tarjeta, deban hacer enormes colas para sacar el poco dinero que les queda por ventanilla. Y la segunda, y que más me molesta a mí… Es que esos tipejos-txusma prestamista, crean otro atasco en los cajeros! Se plantan delante de ellos con 20 o 30 tarjetas empeñadas en sus manos, a las que van sacando la pasta convenida a cada una… Y si a tí te tocó detrás de uno en el cajero, puedes pasarte veinte minutos tranquilamente esperando que acabe de sangrar todas las tarjetas en su poder. Un desastre.
No sé si para el 80% o más, pero sangrante realidad económica para demasidos…Y digo sangrante, porque más de una vez, la cosa acaba a machetazos…
(Crónica desde Dominicana - Gracias, Dani!)
