martes, 13 de abril de 2010

HISTORIA DE UN BURRO NO TAN BURRO


Dicen que un burro muy burro se asomó a un pozo para beber y al estar el pozo seco estiró tanto el cuello buscando agua donde no había que se cayó dentro del pozo. Su dueño, al ver lo que había pasado y tratándose de un burro muy burro que además estaba viejo y cansado, decidió que no valía la pena rescatarlo y que podía aprovechar para rellenar el pozo, así enterraría al burro y de paso evitaría que alguien cayera en un pozo que ya le era inservible. Así pues cogió una pala y empezó a echar tierra al pozo para rellenarlo.

El pobre burro se lamentaba de su mala suerte porque, además de haber caído dentro, le estaban echando tierra encima para sepultarlo en vida. Definitivamente su situación era complicada, claro que, como casi siempre, sólo en apariencia, así que en lugar de lamentarse decidió hacer algo al respecto. Entonces decidió no aceptar las paladas que le caían encima y empezó a sacudírselas, con lo cual la tierra caía al suelo y lo único que tenía que hacer era levantar una pata tras otra y alzarse encima de la tierra, hasta conseguir poco a poco elevarse lo suficiente como para salir del pozo por su propio pie, gracias a lo que en apariencia eran dificultades.

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